Si una
cosa me gusta de la educación en este país es que son, en general, más
respetuosos en España, donde, por lo que yo he experimentado, todo se hace en
plan borreguil, todos usan el mismo
libro, todos los mismos trabajos… Aquí, como ya os he contado en alguna
ocasión, cada niño es diferente, por lo que no hay libros y cada uno hace el
trabajo más apropiado teniendo en cuenta su nivel y su madurez. No dudo que eso
lleva tiempo, y para ello, los maestros en UK trabajan más horas que en España,
unas 6h y media con niños (paran una hora para comer, e imagino que también harán
un descanso para un café a media mañana) y una buena parte de la tarde para
preparar actividades. Esto quiere decir que, los días que no tienen
reunión, que no dudo que también
tendrán, no se van a su casa cuando mandan a los niños a casa, sino que,
obligatoriamente, tienen que quedarse en el colegio otras mínimo dos horas y
media, hasta las 6 de la tarde.
Los
profesores dan actividades extraescolares además, bien en la hora de la comida
(que los niños tienen un descanso de alrededor de una hora para comer y hacer
la actividad pertinente, voluntaria, si les apetece), o bien, después del
horario escolar, una horita más o menos. Imparten clases de ajedrez, les enseñan
juegos variados, hacen drama, baile, futbol, básquet… lo que mejor se les dé,
imagino.
Esta comparación
no es una crítica, bueno, sí, una crítica a todos esos profesores que me he
encontrado por el camino que desconectan al salir del cole hasta el día siguiente,
que intentan hacer las menos horas posibles, a esos que te dicen que te pongas
tu a lidiar con 30 niños de 5 o de 6 años, a esos que preparar una clase lo
entienden como elegir que página del libro abrir, o que problemas mandarles a
sus alumnos, a todos los que no saben individualizar y no son capaces de ver
las necesidades de cada uno de ellos. Y muy en particular, a esos que se creen
con derecho a tener más vacaciones o más tiempo libre que nadie, solo por estar
trabajando con niños. Ser maestro es una profesión que se elige por vocación, no
porque la carrera sea más o menos fácil o porque las vacaciones sean atractivas.
Se elige porque quieres formar parte de la educación de generaciones futuras,
porque quieres aportar tu granito de arena al desarrollo de esos pequeños,
porque quieres mirar atrás un día y ver que entre tus alumnos hay profesionales
de éxito, y que, en parte, tú has colaborado en que hayan llegado a alcanzarlo.
Y no dudo que en ocasiones, muchas, les pondrán la cabeza como un bombo, y
querrán salir huyendo, pero al que esto le pase a diario… que se busque otro
trabajo. NOTA: si eres maestro y no te sientes identificado con estos puntos,
es que la crítica no es hacia ti, así que no te ofendas, por favor. No pretendo
generalizar, ni muchísimo menos, por eso la explicación de hacia quien va
dirigida mi crítica. Profesionales buenos y malos los hay en todos los campos,
y pienso que quien se ofende, generalmente, es porque sabe que algo hace mal, o
que en algo puede mejorar. El que está satisfecho con su trabajo no suele
ofenderse, porque sabe que lo está dando todo.
Total,
que se puede decir que estoy muy contenta con el cambio que hemos hecho en cuestión
educativa, pero, como no quiero que Jimena pierda su español, o mejor dicho,
como quiero que siga avanzando en él, la he apuntado a las aulas ALCE (aulas de
lengua y cultura española), promocionadas por el gobierno de España.
Cual
sería mi sorpresa (o no) cuando anteayer, en la reunión de padres del aula me
entero de que, además de la hora y media de clase, y de los deberes que el profesor
considere oportuno ponerle (suerte que no es partidario…), tiene que hacer una
hora y media de deberes online en el aula internacional. A cuadros me quedo…
Vamos, hora y media delante de un ordenador, de una pantalla, de una caja
tonta, que sabemos bien lo perjudiciales que son. Y luego nos sorprendemos de
los estudios que dicen que los niños no saben jugar como antes, que ahora solo
están con las consolas, los ordenadores y la tele… ¿no será porque lo
fomentamos? En fin, que si bien, pensándolo en frio, no me sorprende en
absoluto, si me quedo con las ganas de decir, o mejor dicho, no me quedo con
ellas y lo digo claramente: así nos luce el pelo, así educamos, así preparamos
para el futuro. Ole, ole y ole.
Y
conste que, por un momento (o más de uno incluso) pensé sacarla de las clases…
pero, como buena española, tragare y pasare por el aro. Lo llevo en la sangre.
Solo recordaros
que este es mi blog en el que expreso mis opiniones personales que no tienen porqué
ser compartidas por mis lectores, así que por favor, que nadie se ofenda por
pensar o porque yo piense diferente, no pretendo crear polémica, sino plasmar
libremente lo que me pasa por la cabeza.