martes, 24 de mayo de 2011

de Booda y finde en Cadiz

Hace ya algunas semanas (publico con casi un mes de retraso…) que anunciamos que nos íbamos a LA boda, que no a la de Will y Kate, pero si a la Booda de Luy y Ociore.

Para aprovechar más el finde con los amigos y que las niñas y el niño disfrutasen mas, decidimos alquilarnos un chalecito cerca de la playa en El Puerto de Santa María, cuatro dormitorios, 3 banyos y una amplísima cocina/comedor donde estuvimos la mar de tranquilos, y la verdad, acertamos de pleno.

Llegamos el viernes después de un viaje más que agotador. No digo más que en Cáceres ya habíamos parado dos veces y nos planteamos darnos la vuelta y abandonar… aunque al final decidimos no hacerlo y seguir adelante. Es obvio que sobrevivimos a los llantos y los vómitos, aunque no nos quedaron muchas ganas de repetir viajes largos, la verdad, al menos no para 2 días.

Llegamos, digo, el viernes, justo a tiempo para vaciar maletas, cenar y acostarnos, aunque también catamos el parque que había al lado de la casa, mientras esperábamos que los fredis, los txemas y Earlybird llegasen de Mercadona de hacer la compra :)

El sábado por la mañana Txema, Alan, Aldara y yo madrugamos, como ya es habitual en nosotros ;) y estuvimos en la cocina desayunando tranquilamente y vigilando a los dos peques mientras jugaban, se perseguían y discutían por los juguetes, vamos, lo que viene siendo lo normal para dos peques de menos de año y medio.

El resto de la tropa madrugaron algo más tarde y nos dividimos a la hora de hacer compra y quedarse en casa vigilando a los menores. Tuvimos también la inestimable ayuda de David y María, que mientras esperaban la llegada de sus maletas nos hicieron compañía.

Entre duchas, comidas y preparaciones se nos echo el tiempo encima (con rotura de vestido de ultimísima hora incluida), tanto que salimos realmente justitos de tiempo, menos mal que encontramos rápido la iglesia! Para entonces Jimena y Aldara estaban dormiditas así que Jorge se quedo con ellas en el coche y yo me fui con las Beas e Irene a la iglesia (el resto se quedo fuera después de que Alan se hiciera notar un poquitín).

La misa fue muy emotiva, la verdad es que no he ido a muchas bodas, pero las misas me suelen parecer un tanto impersonales, y desde luego este no fue el caso.

Después de la ceremonia, y ya con toda la tropa despierta nos hicimos una estupendísima foto y nos marchamos al restaurante.

Los pintxos estuvieron la mar de bien, aunque no pude probarlos todos, la verdad, es lo que tiene estar persiguiendo a Aldara o con ella en brazos… pero los que probé estaban muy buenos, al igual que la cena. No me extiendo más en este capítulo porque contar lo muchísimo que costo que Aldara se durmiera y demás no es necesario, aunque si diré que espero ansiosa ver las fotos de Irene y Jimena bailando en la fiesta, digno de ver, en serio, que marcha tienen. Y Alicia vamos, porque estaba ya sentada en la silla, pero seguro que se habría unido gustosa al par de dos!

En resumen, que en la Booda lo pasamos de maravilla, todos, y el que no esté de acuerdo que lo diga!!

El domingo madrugamos algo más tarde, aunque no todo lo que a mí me hubiera gustado, claro, y después de arreglarnos y demás nos fuimos a comer a la playa, donde después del pescaito y del helaito, Jimena e Irene se pegaron un accidental chapuzón.




El resto de la jornada lo disfrutamos en casa, en el porche donde los niños jugaron con un coche de juguete que desde luego fue el juguete más solicitado del fin de semana, y donde los mayores tuvimos un ratito para charlar mientras hicimos turnos de vigilantes.


Anécdotas y buenos momentos hubo muchos, pero yo me quedo con Jimena e Irene preguntando a Rafa si podían compartir su habitación para poder dormir juntas (en vez de en la habitación de los papas), y su cara de felicidad cuando les dijo que sí, con lo que disfrutaron con el baño sorpresa en la playa y con lo feliz que estaba Aldara con tanto niño y con su camiseta de Peppa Pig (que aun se pone un día sí y otro no). Y también me quedo con las lágrimas de Jimena cuando se despidió de Irene, está claro que a pesar de que el tiempo pasa y se ven poco, para ella sigue como al principio, al igual que para nosotros.


Un fin de semana estupendo, a pesar de que el tiempo no acompañase del todo, nos vemos pronto chicos!

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