domingo, 25 de enero de 2009

Un tirón de orejas




Hola Luis,

Ayer fue tu cumple. Me acordé de ti pero no saqué las fuerzas necesarias para escribirte unas míseras líneas. Posiblemente la causa fuera la enorme tristeza que tenía, o simplemente el virus gastrointestinal que me ha estado haciendo polvo desde el viernes. Hoy lo hago, aunque sea con retraso y a pesar de que todavía sigo triste.

Han pasado ya casi 3 meses desde aquel fatídico día. Parece que ha habido un antes y un después, y un montón de recuerdos han pasado por mi cabeza. He estado intentando extraer todos los momentos que pasé contigo. Para mí imborrables, irrepetibles, únicos. También he leído lo que tus amigos Marcos y Raúl te escribieron. Todo eso me ha dado la inspiración necesaria para volver a escribirte.

Recuerdo el día que te conocí, allá por el mes de Septiembre, hace ya más de 9 años. Simplemente te pregunté que en qué consistía eso de hacer una tesis doctoral. Tú te reíste y debiste pensar: “¡Otro loco que se mete a hacer esto!”. Recuerdo todos los cafés que compartíamos entre experimento y experimento. A veces los días eran largos. No importaba que acabáramos tarde, porque creíamos y disfrutábamos de lo que hacíamos. Recuerdo la práctica de laboratorio en la que utilizaste acuarela para el control negativo de la leche. ¡Viva la Universidad española! Recuerdo las visitas a Mercamadrid y las ganas que ponías a la hora de explicar las diferencias entre un pescado y otro. Recuerdo la mariscada que nos metimos entre pecho y espalda para celebrar que me ya me habían dado la dichosa beca predoctoral después de años de espera. Fuiste de los pocos que me animó a seguir adelante. Recuerdo las juergas que nos pasamos con tus colegas de siempre, ya fuera en Madrid, en esos bares cerca de tu barrio, o en Villalba. Recuerdo que fuiste el primero que siguió a pie de pista el inicio del romance entre Carlota y yo. Fue cuando jugué de portero en vuestro equipo de fútbol 7. No recuerdo el nombre. ¿Los Capuletos? ¿Y qué me dices de cuando fuimos a ver aquel Atlético de Madrid-Badajoz de segunda sólo para mostrarme lo especial que era la afición del Atleti? También me acuerdo de cuando fuimos a visitarte a Berlín, y de que siempre había huevo duro para cenar. Recuerdo que luego me echaste la bronca por la pelea que tuvimos Carlota y yo. Y eso que sólo fue por un puñetero chubasquero que a Carlota no le gustaba. Y cómo no, también me acuerdo de cuando viniste a Amsterdam a vernos. Fue al poco tiempo de leer la tesis y en el momento en el que empezaste a conocer a Marga.

Son muchos recuerdos y me falta tiempo para llenarlo. Lo más reciente que recuerdo es el día de tu boda. Me lo pasé en grande y encima sacaste tiempo para tomarte unas cañas horas antes de la ceremonia. Tampoco puedo olvidar la última vez que nos vimos, aquí en Dublín. Me acuerdo de ti cuando veo al Pollo Pepe o cuando meto en el lavavajillas ese plato que descascarilló Marga. Recuerdo que hablamos de la suerte que teníamos al hacer lo que nos gustaba y de que tuviéramos una vida del modo que queríamos. Acordamos que algún día cambiaríamos la Universidad de arriba abajo.

Pero si me tengo que quedar con algún recuerdo esos son tus e-mails semanales o en su defecto mensuales, preguntando: ¿qué tal Jorgiño? Desde que me vine aquí no dejaste de darme ánimos. Es extraño, pero desde marzo de 2006 me pareció estar más cercano a ti, aunque estábamos separados por más de 2.000 Km., que en todos los años anteriores. Sabía que estabas pendiente de lo que hacíamos.

Todos son recuerdos tontos, pero me hacen sentir más cerca de ti. No cabe duda de que los que te veían a diario lo están pasando muy mal, ya que debe ser muy duro enfrentarse a la cruda realidad un día sí y otro también. Para mí es más fácil, estoy lejos de Madrid y apenas te veía en persona. Pero lo malo de no hacer frente a la realidad es que todavía no me creo que te hayas ido y todavía espero uno de esos e-mails tuyos en mi bandeja de entrada diciendo: “¿Qué tal Jorgiño?”

Ayer no te hubiera dado 34 tirones de orejas, te habría dado más y te habría dicho que por qué te fuiste para siempre. Todavía guardo tu último mensaje de texto: “Ya estamos en avión, así q no tanto retraso. Muchas gracias por todo, eres cojonudo. Un abrazo grande”; y tu último e-mail: “Ayer llegamos bien, sin retraso, así que bien…Muchas gracias por todo!!!! Un abrazote!!! Seguimos en contacto”. El cojonudo eras tú, y no te preocupes, seguiremos en contacto, aunque sea por escrito.

Hasta la próxima machote

Jorge

lunes, 12 de enero de 2009

Seguimos intentándolo

Después de 8 años seguimos intentándolo…

Seguimos aceptándonos el uno al otro, aunque a veces no nos aguantemos.
Seguimos siendo optimistas, aunque en muchas ocasiones caigamos en el pesimismo.
Seguimos persiguiendo nuestros sueños, aunque casi siempre parezca imposible.
Seguimos disfrutando del camino recorrido, a pesar de que hayamos pasado por situaciones adversas.
Seguimos mostrando al mundo que es posible formar una familia sin caer en los convencionalismos, aunque estemos remando a contracorriente.
Seguimos aprendiendo para llegar a ser los mejores padres del mundo, aunque a veces tengamos dudas de los métodos que utilizamos para educar.
Seguimos cuidando de los amigos, aunque a veces los vayamos perdiendo por el camino.
Seguimos entendiendo a nuestros padres, aunque sean de otra generación y en determinadas ocasiones vean la vida de otra manera
Seguimos escuchando a nuestros hermanos, aunque estemos lejos y no podamos "echarles" una mano
Seguimos creyendo que un mundo mejor es posible, aunque a veces recibamos palos.

Muchas cosas nos saldrán mal y otras pocas algo mejor, pero seguimos intentándolo, sobre todo, porque nos tenemos el uno al otro…

jueves, 8 de enero de 2009

Doradictos

Hace ya una semana que llegamos a Dublín y la verdad, se está hacienda un poco cuesta arriba... La vuelta al trabajo después de las vacaciones está costando para todos. No solo la vuelta al trabajo, sino al puñetero frio que está haciendo!!!
He de decir que la casa estaba helada cuando llegamos, y estamos dejando la calefacción por la noche puesta porque sino no hay quien salga de la cama por la mañana (bueno, esto es complicado también por la vuelta a madrugar…).
Jimena empezó la guarde (suavemente) el viernes pasado, pasando solamente unas horitas allí. Costo bastante dejarla, no quería, además de porque habían pasado muchos días, porque su seño, Dita, no estaba, y eso “duele”.
El finde lo pasamos en casa, luchando con las maletas y los nuevos juguetes que han venido desde España. También tuvimos la visita de Maia y su mama, que nos acompañaron la tarde del domingo, cuando ya parecía que estábamos maomeno instalados de nuevo en casa.
El martes por la mañana nos encontramos con la agradable sorpresa de que SSMM Los Reyes Magos de Oriente, habían tenido a bien pasar por nuestra humilde morada, dejándonos unos regalitos. Santa hizo lo propio en España (curiosamente si, al revés de cómo debería ser…), y fue bastante generoso con Jimena, que recibió todo lo que había pedido y algo más (bastante más, de hecho).
El día de Navidad fue el dia de “say cheese”. No paró de hacer fotos a diestro y siniestro, y he de decir que no todas salían mal!! No obstante ha mejorado bastante en estas 2 semanas.
El reloj también fue un éxito rotundo, aunque siempre son las five o’clock, pero bueno. Las botas… que decir de ellas!! No se las quita!! Y otra de las cosas que le hizo muchísima ilusión fueron los trajes para Baby y Pepa, están guapísimas las dos (si, son niñas), aunque pasan más tiempo sin traje que con traje...
Sin embargo el regalo estrella se lo dejaron los Reyes… a Dora!!!! Mira que es fea, pero no la suelta ni a sol ni a sombra, todo el día con Dora de la mano y haciéndola fotos, Dora, say cheese, guapa!
En definitiva he de confirmar, si alguno aun lo dudaba, que si, somos “Doradictos”, y por lo que se ve… por una buena temporada. Seguiremos informando.